Editorial

El Flagelo del Intrusismo en Mastología

El cáncer de mama  en la mayoría  de la población siempre había sido considerado  como el monstruo  que anunciaba sufrimiento, mutilación y a veces muerte , en virtud de  que  este  constituye la primera causa de muerte   en mujeres;  sin embargo, los últimos veinte años esta conducta ha cambiado, pues los avances en: radiología, anatomía patológica, biología molecular, genética han logrado que el tratamiento sea cada vez más  individualizado, pese a  que en los últimos tiempo aparece  asociado a su diagnóstico y  tratamiento   un significativo porcentaje de intrusismo.

Cabe advertir que se entiende por intrusismo el ejercicio de las actividades propias de los profesionales  por persona no autorizada para ello, con la particularidad de que  muchas veces ocurre que  algunos profesionales de la medicina, a pesar de tener un título de alguna especialidad  que incluyen las  aptitudes quirúrgicas  y sapiencias básicas  para realizar algún procedimiento, no están preparados con los conocimientos amplios, tanto a nivel teórico como práctico, de cada una de las áreas implicadas en la Patología Mamaria,  lo que podría afectar  la evolución  o el desarrollo de la enfermedad y en algunos casos  afectar la supervivencia global y libre de enfermedad. Esta conducta intrusiva se agrava cuando el abordaje de las enfermedades mamarias es realizado por personas que ni si quiera tienen título de médico.

La Sociedad Venezolana de Mastología logró el reconocimiento  de la Mastología por la Federación Médica Venezolana como especialidad en el  año 2006, razón por la cual dicha especialidad no debería ser ejercida, solo por realizar  una pasantía, un diplomado, un curso de actualización, pertenecer o trabajar en alguna  fundación que desarrolle actividades directamente relacionada con la Mastología, lo cual se ha  agravado debido  a la situación socioeconómica de nuestro país en los últimos veinte años, que ha dado lugar a  un aumento  en la conducta y / o el tratamiento quirúrgico, muchas veces no la más idónea  de la patología mamaria por algunos “especialistas”  llamados “mastólogos”.

Quizás sean los imperativos de productividad o de rentabilidad de nuestras sociedades consumistas, lo que ha conducido al predominio de esta conducta “intrusiva” no solo en las generaciones más jóvenes de médicos cirujanos, lo que se evidencia cada día más en las consultas con el examen clínico de las pacientes, algunas de las cuales han sido sometidas a tratamientos que revelan impericia, negligencia, o imprudencia por parte de los “especialistas” tratantes. Nos referimos a las que recibimos en los diferentes Servicios de Patología Mamaria de nuestros hospitales oncológicos o de las Unidades de Mama.

Conviene añadir que en esta época de cambios científicos que están ocurriendo de manera vertiginosa en el mundo, de modo pues especial en la Mastología, el seno femenino se trasforma en un órgano enigmático del cual tenemos un gran conocimiento científico. No obstante, debemos recordar que para  indicar  cualquiera de los tratamientos en el cáncer de mama como: la mastectomía, radioterapia y /o tratamiento sistémico no razonamos  sobre la función  simbólica del cáncer o la mama de la paciente, pero para disertar  entre los diferentes procesos terapéuticos, decir la verdad, explicar efectos secundarios o acompañar a la mujer enferma durante el tratamiento o sus complicaciones, necesitamos ese enfoque humanístico  y  aceptamos  que la mama se humaniza  y entonces se convierte en seno, con la conocida frase del profesor Charles M Gross, lo que está ausente totalmente en los “especialistas” que incurren en conductas intrusivas, en los términos antes expuestos.

Para concluir consideramos necesario formularnos la siguiente pregunta ¿Todos los cirujanos generales, cirujanos oncólogos, ginecólogos, “mastólogos” pueden operar una mama?  Probablemente sí, pero no todos saben, pueden o están capacitados para tratar a la paciente con un cáncer de mama.

Recordemos está máxima que ha acompañado a la profesión médica desde sus inicios, “Primum non nocere” (Lo primero es no hacer daño) que es atribuida a Hipócrates o la conocida frase del médico y fisiólogo Claude Bernard “El que no sabe lo que busca, no entiende lo que encuentra”; la costumbre no es la norma, y los principios y las normas que rigen la conducta de los profesionales de la salud deben formar parte de nuestros fundamentos morales que rigen nuestra ética médica.

Esta reflexión permite postular que los “especialistas” no están preparados para tratar las pacientes con cáncer de mama, pues ni siquiera entenderán, o sabrán aplicar los aspectos humanistas que hacen de la Mastología una de las mejores especialidades.